martes, 26 de octubre de 2010

Celebración de la Fiesta en honor de la señora Santa Ana

En la villa de Abanilla, de la Orden de Calatrava, día del señor Santiago, a veinticinco días del mes de julio de mil quinientos y sesenta y seis años, estando en la iglesia de dicha villa, reunidos y convocados para este efecto, el muy magnífico señor general rector Gerardo Ramírez, gobernador de la villa, y Juan Bela y Pedro Peñaranda, alcaldes ordinarios, y Antón Lifante, regidor, y notario Ramírez, jurados y otras muchas personas, acabada de oír la misa mayor, que se había dicho aquel día y estando presente el muy reverendo y magnífico frey Bernabé de Alcázar, rector de la dicha iglesia, y el dicho señor gobernador, por cuanto nombraron que el Concejo y particulares de esta dicha villa, por la gran devoción que todos tienen en la señora Santa Ana, madre de Nuestra Señora La Virgen María y para que ella les sea intercesora con nuestro Señor, en guiarlos en todos sus hechos y en darles bienes temporales, tenían deseo y voluntad el guardar su fiesta.
Preguntado a los dichos alcaldes y regidores y Concejo y particulares diciendo “¿prometéis en manos del señor rector, que está presente por vosotros y por vuestros descendientes, a vos el Concejo y universidad, guardar perpetuamente de aquí en adelante el día y fiesta de la señora Santa Ana?”. Y todos y cada uno por sí respondieron que prometían y prometieron de guardar la dicha fiesta perpetuamente por ellos y sus sucesores y descendientes, y así lo juraron por Dios y por la señal de la cruz, que cada uno hizo con la mano derecha, y el señor rector, en nombre de la Iglesia dijo que acataba y aceptó la dicha promesa y juró.
Y para que todo lo susodicho con esta y la dicha fiesta sea guardada inviolablemente, la guía del ante conforme del dicho voto y promesa del dicho Concejo y particulares, el dicho señor gobernador mandó que se asentase por causa en los libros de la iglesia y del Concejo, siendo presentes por testigos Francisco Vidal y Fernán Gómez y Diego Pérez, de la dicha villa, y el dicho señor gobernador firmó. Presentes doctor Ramírez, frey Bernabé de Alcázar. Miguel Vidal.

Legajo existente en el Archivo General de la Región de Murcia. Protocolo nº 9.085. Actas del Concejo de Abanilla. Trascripción efectuada por Alicia Sánchez y Camino Arias Muñoz, publicado en el libro “Abanilla. Historia de su Parroquia”, en 2003.

CONVERSIÓN Y BAUTIZO DEL MORO.

CONVERSIÓN Y BAUTIZO DEL MORO. Batalla de Santa Ana. Medio año festero.
Texto adaptado en versión libre por el cronista oficioso de Favanella.

Desarrollo.- Tras el simulacro de la batalla de arcabucería,  dos cristianos conducen preso y con las manos atadas al rey Moro, ante la presencia del rey Cristiano, frente a la ermita de Santa Ana.

Rey Cristiano:
¡Detente osado impío!
que si tuviste el valor
de ser tan atrevido
a desafiar a cuantos
defendemos la fe de Cristo,
no te puedo permitir
en tan bárbaro designio,
presentarte ante mí
en este sagrado recinto,
pues bautizado has de estar
y creer en Jesucristo.

En esta ermita que ves
están su madre y abuelos
y su sagrado Corazón
que es divino consuelo.
La Reina del Cielo, su Madre,
y de los ángeles divinos,
limpia está como el cristal
que el sol atraviesa cautivo,
quedando sin mancha alguna
como si no hubiese parido.

Y su cuerpo inmaculado
incorrupto y dormido,
por arcángeles alados
al Cielo fue subido.
Que la gloria eterna
del cristiano es el paraíso,
en el que forman terna:
La Madre, el Padre y el Hijo.

Rey Moro:
Me estás convenciendo, cristiano,
además de haberme vencido,
que con tan claros argumentos
de Cristo ya soy cautivo.
Llévame presto al bautismo
que mi alma quede limpia
y en paz con Jesucristo,
pues cada instante que pasa
se me antoja un siglo.

Y a vos sagrada María
humilde perdón os pido
por la terquedad de la lucha
en los años que llevo vividos
y confesándome cristiano,
digo: ¡Viva Cristo!

Rey Cristiano:
Para poderte bautizar
todo lo tengo previsto
y ya que esperas la fe
abrázame como amigo.

(Se abrazan los dos efusivamente)

Luz y gloria de paganos
que de ti espero un caudillo,
para engrandecer la cristiandad
y defender a Jesucristo.

Y a vos, sagrada María,
Reina del Cielo divino,
que con tu gran ayuda
a este sarraceno he convertido
a que profese la fe
en tu soberano Hijo.
Gracias de todo corazón
pues espero convencer,
con tu auxilio e intercesión
más moros que San Vicente Ferrer.

El ermitaño despoja al Rey Moro de sus atributos y le pone un ropaje cristiano. Le indica para que se postre de rodillas y con el agua que lleva en su calabaza de peregrino “lo bautiza”.

Ermitaño bautizándolo:
Yo te bautizo en el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y tu nombre de “Mojamé”, lo cambiarás por  “Chindasvinto”.  Amén.

Rey Cristiano:
Sarraceno convicto
que antes me guerreabas
y ahora eres mi amigo,
acompáñanos a la ermita
de los abuelos de Jesucristo.

La comitiva, reinas, damas y demás  personajes de esta comedia se dirigen al interior de la ermita, depositando  las flores en el altar.

Ermitaño:
Señora Santa Ana
Abuela de Jesucristo,
aquí tienes a un moro
bautizado y convicto.

Rey Moro:
Creo en Dios Padre
y en Jesucristo, su Hijo,
en su Santísima Madre,
en su Cruz gloriosa
y en el Santísimo Espíritu.

Ermitaño:
Como prueba de estar convicto
vino has de beber,
sin guiños ni ascos hacer
porque es la Sangre de Cristo.

(Beben vino los dos)

El rey Moro abre el cofre y hace entrega de la Santa Cruz al ermitaño:

Rey Moro:
Como señal de gratitud
y en prueba de buena fe,
te devuelvo la cruz
que de Mahoya me llevé.

El Ermitaño coge la cruz con las dos manos y la eleva para que todos la vean, girándola de derecha a izquierda y de arriba a bajo. La pasa a besar a todos los personajes, terminando por las reinas y damas. La coloca en su sitio.

Rey Cristiano:
Te damos gracias Señor
por la victoria de nuestra parte
y cada tres de mayo
de aquí en adelante,
llevaremos sin desmayo
la Cruz por estandarte.

(Aplausos del público)

El juglar y los músicos:
¡Oh cruz sagrada y dichosa!
que alzaste al Hijo de Dios,
oye la plegaria sencilla y piadosa
de este pueblo que adora al Redentor.

Cristo salvó al género humano
con su divino amor.
Tú has triunfado en el mundo pagano
y campeas con todo esplendor.

Esta corte de beldad y armonía
como luceros de mágica luz,
son flores de dulce ambrosía
que en mayo glorifican a la Cruz

Y estas jóvenes con su belleza
que nuestra fiesta representan,
son los efluvios de la lindeza
de Favanella y su huerta.

¡VIVA LA SANTA CRUZ!

A continuación las reinas y damas leen sus versos.
Se agradece al público su presencia.

FIN


Remitido por E.Marco

MEDIO AÑO FESTERO 2010

MEDIO AÑO FESTERO 2010
Sábado 16 de octubre
Introducción
En este lugar tan santo
pidamos a la Abuela y a María,
que nos protejan con su manto
a toda la feligresía.

Y antes de que se ponga el sol
le vamos a rendir homenaje,
a un poeta pastor
llamado Miguel Hernández.

Las reinas y damas lo hacen con versos de su poema “La campana y el caramillo”:
1.- Dama Mora
En la ermita campesina
oro en caldo, a la mañana,
echa, fina,
la campana.

2.- Dama Mora
Cuando en ella da la brisa,
dice presta:
¡Pasa a prisa!
¡Pasa a prisa, que hoy es fiesta!

3.- Reina Mora
Cuando el cohete ganas vierte
en la brisa, dice presta:
¡Truena fuerte!
¡Truena fuerte, que hoy es fiesta!

4.- Reina Cristiana
Cuando suena, con sordina,
el tambor, exclama presta:
¡No retumbes! ¡Trina! ¡Trina!
¡que hoy es fiesta!

5.- Dama Cristiana
Cuando la dulzaina pita
suavemente, dice presta:
¡Aún más alto! ¡Grita! ¡Grita!
¡que hoy es fiesta, que hoy es fiesta!

6.- Dama Cristiana
Y bajo el callado brillo
de un astro que tremulece,
del pastoral caramillo
el armónico aire crece.
A continuación vamos a recitar su poema RECONQUISTA, escrito en 1930, el cual rememora la leyenda de “La Armengola”, sobre la epopeya de la reconquista de Orihuela:

Narrador (E. Marco)
Aben-Mohor, en el castillo ingente
del cual es él alcaide omnipotente,
advierte que la invicta
y católica prole de Orihuela
a sus tiranas leyes se revela,
y esta sentencia irrevocable dicta:

Alcaide Moro (J. A. Gálvez)
¡OH, mi guerrera y valerosa grey…!
Pues no quieren acatar mi ley
esos tigres, vergüenza de Mahoma,
¡matadlos! y mostradme sus despojos
antes que un día nuevo vean mis ojos
la luz dorada que en oriente asoma…
¡Que no quede uno sólo con la vida
de esa rebelde raza aborrecida
que mi maldición es y mi desdoro!

Narrador
Esto dice feroz el agareno
e impávido y sereno
húndese en su sitial de seda y oro.
¡AY, pueblo de Orihuela! ¡Cómo ignoras
la horrible trama que las furias moras
han concebido para disolverte!
¡Cómo vives ajeno de trastorno
sin ver que de ti en torno
su vuelo funeral alza la muerte…!
Mas no; que una hija tuya fiel y hermosa,
altiva y valerosa
cual la misma Leona de Castilla,
que del infante del visir malvado
ha tiempo está al cuidado,
advertida del plan, que maravilla
le causa al par que espanto,
otro ella peregrino en su quebranto
idea, acepta, traza
y lo emprende con tino y diligencia
del alcaide acudiendo a la presencia,
decidida a salvar su noble raza…

Armengola (Arantxa Están)
¡Señor! Diz que exigiste que perezcan
las oriolanas gentes cuando crezcan
las sombras y florezcan las estrellas;
¡por Mahoma que está bien que lo exijas!
Más ¿dejarás morir a mis dos hijas
y a mi esposo con ellas…?
¿Permitirás que quede triste y sola
la infeliz Armengola…?
¡OH espejo de Alá a quien mi voz dirijo,
no acepte tal tu espíritu sereno!
Recuerda que con sangre de mi seño
medrando está tu hijo…
Si lo olvidas, señor, si ves con calma
que pierdo lo que es el alma de mi alma,
no te extrañe si al puro fulgor blanco
con que la aurora los espacios llena,
ves desde una alta almena
mi cuerpo en los abismos de un barranco…

Narrador
Esto dice a los pies del moro en tanto
que brillante de llanto
entre las manos la mejilla esconde;
y el moro, tras mirarla un breve instante,
pausado y arrogante,
sin ver que se traiciona, le responde:

Alcaide moro
¡Por Mahoma, que más no has de apenarte!
Parte en buena hora hacia tu choza, parte
y conduce hasta aquí tu tribu amada:
mas…júrame antes, jura
que por tu boca sonrosada y pura
los sentenciados no han de saber nada…

Armengola
Yo os prometo ¡OH señor! Que por mi boca
nada sabrán

Narrador
En su alegría loca
que ahogar procura, exclama con firmeza…
Sale; abandona el sólido castillo,
desciende al arrabal, y su sencillo
plan, animosa con su gente empieza.
Avisa al hijo del monarca santo
que en la ganada Murcia se halla; en tanto
apresta a su oriolana brava gente
a la lucha como un segundo Marte,
y al castillo con tres valientes parte,
tres disfrazados convenientemente…
La noche ya ganó la excelsa altura
y los cuatro deslizándose en la oscura
sombra con precauciones bien prolijas
hasta la entrada de la fortaleza…
¿Quién va…? (dice una voz con aspereza)

Armengola
¡La Armengola y sus hijas!

Narrador
Sin advertir el moro lo postizo
tiende apresto el puente levadizo
para que la heroína pasar pueda:
y es él el que primero
al ancho filo de un cortante acero
por la montaña atravesado rueda.
De los tres oriolanos precedida
atraviesa salones la atrevida
e iluminada hembra:
y cual el huracán que se desata
aquí hiere, derriba allí, allá mata
y en todas partes el espanto siembra…

Cuando el alba rompiendo los cendales
dé sombras en los diáfanos cristales
del cielo muestra su fulgor divino,
 vese cómo tremola mansamente,
sobre almena insolente
“El lábaro triunfal de Constantino”.

Es la señal que aguarda Alfonso el Sabio,
que con trémulo labio
a su huestes que lleguen les ordena
a la ciudad, donde los ya vencidos
moros, lanzan rugidos
de rabia, de odio y pena.
Y llega a la ciudad el regio infante;
y cuando ante sí tiene a la arrogante
mujer, por lo que el lábaro tremola
triunfal, le grita a la oriolana gente:

¡De Teodomiro digno descendiente
eres…! ¡Pero más digna, tú, Armengola!

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A continuación, nuestro párroco don Juan Matías, que en mayo fue nombrado por la Mesnada de Calatrava “Vicario General Castrense”, hace la presentación a los Santos Abuelos y a La Virgen, del niño José Javier Tenza Sebastián.

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Remitido por E.Marco