martes, 26 de octubre de 2010

CONVERSIÓN Y BAUTIZO DEL MORO.

CONVERSIÓN Y BAUTIZO DEL MORO. Batalla de Santa Ana. Medio año festero.
Texto adaptado en versión libre por el cronista oficioso de Favanella.

Desarrollo.- Tras el simulacro de la batalla de arcabucería,  dos cristianos conducen preso y con las manos atadas al rey Moro, ante la presencia del rey Cristiano, frente a la ermita de Santa Ana.

Rey Cristiano:
¡Detente osado impío!
que si tuviste el valor
de ser tan atrevido
a desafiar a cuantos
defendemos la fe de Cristo,
no te puedo permitir
en tan bárbaro designio,
presentarte ante mí
en este sagrado recinto,
pues bautizado has de estar
y creer en Jesucristo.

En esta ermita que ves
están su madre y abuelos
y su sagrado Corazón
que es divino consuelo.
La Reina del Cielo, su Madre,
y de los ángeles divinos,
limpia está como el cristal
que el sol atraviesa cautivo,
quedando sin mancha alguna
como si no hubiese parido.

Y su cuerpo inmaculado
incorrupto y dormido,
por arcángeles alados
al Cielo fue subido.
Que la gloria eterna
del cristiano es el paraíso,
en el que forman terna:
La Madre, el Padre y el Hijo.

Rey Moro:
Me estás convenciendo, cristiano,
además de haberme vencido,
que con tan claros argumentos
de Cristo ya soy cautivo.
Llévame presto al bautismo
que mi alma quede limpia
y en paz con Jesucristo,
pues cada instante que pasa
se me antoja un siglo.

Y a vos sagrada María
humilde perdón os pido
por la terquedad de la lucha
en los años que llevo vividos
y confesándome cristiano,
digo: ¡Viva Cristo!

Rey Cristiano:
Para poderte bautizar
todo lo tengo previsto
y ya que esperas la fe
abrázame como amigo.

(Se abrazan los dos efusivamente)

Luz y gloria de paganos
que de ti espero un caudillo,
para engrandecer la cristiandad
y defender a Jesucristo.

Y a vos, sagrada María,
Reina del Cielo divino,
que con tu gran ayuda
a este sarraceno he convertido
a que profese la fe
en tu soberano Hijo.
Gracias de todo corazón
pues espero convencer,
con tu auxilio e intercesión
más moros que San Vicente Ferrer.

El ermitaño despoja al Rey Moro de sus atributos y le pone un ropaje cristiano. Le indica para que se postre de rodillas y con el agua que lleva en su calabaza de peregrino “lo bautiza”.

Ermitaño bautizándolo:
Yo te bautizo en el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y tu nombre de “Mojamé”, lo cambiarás por  “Chindasvinto”.  Amén.

Rey Cristiano:
Sarraceno convicto
que antes me guerreabas
y ahora eres mi amigo,
acompáñanos a la ermita
de los abuelos de Jesucristo.

La comitiva, reinas, damas y demás  personajes de esta comedia se dirigen al interior de la ermita, depositando  las flores en el altar.

Ermitaño:
Señora Santa Ana
Abuela de Jesucristo,
aquí tienes a un moro
bautizado y convicto.

Rey Moro:
Creo en Dios Padre
y en Jesucristo, su Hijo,
en su Santísima Madre,
en su Cruz gloriosa
y en el Santísimo Espíritu.

Ermitaño:
Como prueba de estar convicto
vino has de beber,
sin guiños ni ascos hacer
porque es la Sangre de Cristo.

(Beben vino los dos)

El rey Moro abre el cofre y hace entrega de la Santa Cruz al ermitaño:

Rey Moro:
Como señal de gratitud
y en prueba de buena fe,
te devuelvo la cruz
que de Mahoya me llevé.

El Ermitaño coge la cruz con las dos manos y la eleva para que todos la vean, girándola de derecha a izquierda y de arriba a bajo. La pasa a besar a todos los personajes, terminando por las reinas y damas. La coloca en su sitio.

Rey Cristiano:
Te damos gracias Señor
por la victoria de nuestra parte
y cada tres de mayo
de aquí en adelante,
llevaremos sin desmayo
la Cruz por estandarte.

(Aplausos del público)

El juglar y los músicos:
¡Oh cruz sagrada y dichosa!
que alzaste al Hijo de Dios,
oye la plegaria sencilla y piadosa
de este pueblo que adora al Redentor.

Cristo salvó al género humano
con su divino amor.
Tú has triunfado en el mundo pagano
y campeas con todo esplendor.

Esta corte de beldad y armonía
como luceros de mágica luz,
son flores de dulce ambrosía
que en mayo glorifican a la Cruz

Y estas jóvenes con su belleza
que nuestra fiesta representan,
son los efluvios de la lindeza
de Favanella y su huerta.

¡VIVA LA SANTA CRUZ!

A continuación las reinas y damas leen sus versos.
Se agradece al público su presencia.

FIN


Remitido por E.Marco

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